lunes, 22 de octubre de 2012

Nunca seréis olvido

Se embarcó en el pasaje del olvido, sabíamos que ya nunca volvería jamás, aunque su cuerpo luchador hizo todo lo posible para mantenerse anclado al presente.

Los recuerdos son algo tan bello, que a menudo no los tenemos presentes, tendemos a dejar que nuestras mentes se perturben por lo dañino y nocivo, eso que nunca queremos que recorra nuestros pensamientos. Les dejamos las puertas abiertas, para que pasen haciendo el mayor estruendo, sin embargo lo bello entra sin turbarnos, cuando suena una canción o cuando vemos eso que tanto nos recuerda a ellos.

Mi furia interna el otro día se abalanzo sobre mí y con toda su razón. Al sonar el primer acorde de los 4 de Liverpool, mi ira me abofeteo y no me opuse, la deje que hiciera conmigo lo que quisiera. El porqué de ésta confrontación de mi yo interno y del olvido se debía a que no les tengo lo suficientemente presentes en mi día día. Me sentí repugnante, sucia. Quise llorar con todas mis ganas, pero me contuve, puse un muro de contención a esa rabia que recorría mi ser.

Ellos tan hermosos en mis recuerdos. Ella tan cariñosa, tan tierna, era la dulzura personificada en persona, la bondad, te daba todo aquello que tenía. Él, ese grandullón que me llamaba patatilla, que me descubrió la música, el ingenio, la sabiduría y la inteligencia. Esos dos grandes pilares en mi vida y que ahora no están.

Nos deshumanizamos a diario, cuando intentamos mirar hacia otro lado, cuando intentamos que nada nos afecte, cuando nos hacemos los duros, cuando evitamos lagrimas, es por esto que hoy quiero llorar con todas mis ganas, llorar por ellos. Es mi manera de deciros que seguís aquí a mi lado y que no volveré a hacerme la mayor, que el muro lo derrumbaré cuando y donde quiera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario