lunes, 11 de junio de 2012

MARRAKECH

Mucho tiempo sin escribir, mucho tiempo sin plasmar lo que mis oídos escuchan. No significa que mi cabeza se haya paralizado, que las ideas no hayan danzado al son de todas esas canciones que inundan mi mente.


Lo descansos siempre son buenos, interiorizas para localizar lo que has perdido, encontrar aquello que se disipó entre las tinieblas. La pureza nunca se pierda, pero ten en cuenta que de vez en cuando tienes que viajar al interior. Ahora mismo podría hacer una camino de introspección para llegar a ese lugar que siempre ronda mi cabeza y al que espero ir en un futuro no muy lejano… Marrakech: Aromas, bullicio, luces, me llevan a ese lugar que en sueños recorro sobre la alfombra del genio de la lámpara. Desde las alturas alcanzo a ver a aquellos hombre que labran con sus manos el cuero, aquellos otros beben ese exquisito té y mientras la gente recorre la medina. Yo sigo mi viaje sobrevolando las dunas… las olas del mar del Sahara, parece que recorro un océano de color dorado. Bajo aquella palmera, descanso para mitigar la sed que recorre mi garganta, pensaba que el calor del sol no me alcanzaría pero me atrapo!


A ese viaje también le pongo sintonía, cascabeles tintineantes, flautas hipnotizantes y en medio del escenario una serpiente que se mueve como si hubiera estudiado la coreografía al milímetro.

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